En un entorno empresarial cada vez más digitalizado, las empresas en América Latina y el mundo enfrentan desafíos crecientes para proteger sus datos, cumplir con regulaciones que evolucionan constantemente y estar al día frente a las crecientes amenazas del mundo digital, lo cual ha llevado a que las inversiones en ciberseguridad se conviertan en parte fundamental de cualquier presupuesto corporativo.
Según el informe Digital Trust Insights 2024, edición México, las principales preocupaciones de ciberseguridad para el 2025 incluyen las amenazas relacionadas con la nube y los ataques a dispositivos conectados. A nivel global, el 50% de los líderes empresariales están preocupados por las amenazas a la nube, mientras que en México, la preocupación es similar. Además, el 72% de las empresas mexicanas planean capacitar a su fuerza laboral para satisfacer las crecientes demandas del mercado, y el 81% ve potencial en la inteligencia artificial generativa para aumentar la productividad en 2025.
Sin importar cuál sea el enfoque con el que las organizaciones aborden su estrategia de ciberseguridad, es clave que la estructura de estos procesos sea pensada partiendo de la base de los objetivos corporativos y necesidades específicas, entendiendo que cada departamento y grupo dentro de una organización tiene un interés particular en la implementación de proyectos de ciberseguridad.
Los responsables de seguridad deben asegurarse de que todos los actores estén representados en la toma de decisiones para obtener un consenso que facilite el éxito del proyecto. Ramón Salas, Territory Manager para LATAM de BeyondTrust subraya que «en ciberseguridad, todos son responsables y deben tener voz. La clave es alinear los objetivos de todos los actores para lograr un enfoque integrado y efectivo. Por eso, es fundamental seguir estos 5 pasos, que permitirán desarrollar una estrategia de ciberseguridad robusta y colaborativa, adaptada a las necesidades de las empresas:
- Enfocarse en los problemas, no en las soluciones
Es común que, al identificar un problema de ciberseguridad, las empresas se enfoquen inmediatamente en adquirir una solución tecnológica sin definir primero los beneficios específicos que se desean alcanzar. Por ejemplo, un análisis de auditoría podría detectar controles insuficientes en el uso de cuentas privilegiadas, algo que ocurre frecuentemente debido al acceso excesivo de personas y a la complejidad de los modelos de seguridad. En lugar de buscar una solución tecnológica de inmediato, las organizaciones deben analizar sus procesos y considerar cambios que simplifiquen su estructura de seguridad.
- Cambiar procesos antes de implementar herramientas
La adquisición de nuevas herramientas de ciberseguridad suele implicar cambios significativos en la organización, pero es crucial revisar y adaptar los procesos internos antes de proceder con cualquier implementación tecnológica. Un cambio en los procesos no solo requiere educación y capacitación del personal, sino también un ajuste cultural para que el equipo adopte las nuevas prácticas de manera efectiva. “Las personas, los procesos y la tecnología deben trabajar en armonía para que la ciberseguridad aporte un valor tangible a la organización”, asegura Díaz. Si se ajustan primero los procesos, las herramientas tecnológicas pueden ser implementadas con mayor efectividad y retorno de inversión.
- Validar los requisitos de manera continua
El proceso de recolección de requisitos es esencial en cualquier estrategia de ciberseguridad. Los equipos de tecnología deben colaborar con todos los stakeholders para identificar las necesidades y puntos débiles, asegurándose de que cada grupo pueda evaluar las soluciones en función de los beneficios para el negocio. Involucrar a los stakeholders desde el principio también ayuda a reducir resistencias y asegura que las soluciones se diseñen para adaptarse a la realidad de la organización. Esto permite establecer indicadores clave de rendimiento (KPIs) que evalúan el éxito de las implementaciones tecnológicas en el futuro.
- Integrar la ciberseguridad como parte fundamental del negocio
La ciberseguridad no debe ser vista como una medida adicional, sino como un componente integral de todos los procesos de negocio. Cumplir con normativas y regulaciones se ha vuelto una parte esencial para operar de manera segura y competitiva en el mercado actual. «Los ciberataques, aunque algunos más visibles que otros, son cada vez más comunes», advierte Díaz, quien considera que las empresas deben adoptar un enfoque holístico y considerar la ciberseguridad como un factor crítico para la continuidad del negocio y el valor agregado que esta puede aportar».
- Recolectar y validar los requisitos de forma integral
La tecnología debe adaptarse a los procesos empresariales, no al revés. Al integrar ciberseguridad en todos los niveles de la organización, las empresas pueden asegurarse de que las herramientas y soluciones implementadas estén alineadas con las necesidades específicas de cada área. Para ello, es esencial que los equipos responsables de la ciberseguridad trabajen estrechamente con los líderes de otras áreas de negocio para definir conjuntamente los requisitos y beneficios esperados.
Finalmente, es importante que las organizaciones no solo se enfoquen en la implementación inicial de las estrategias de ciberseguridad, sino que también establezcan un marco de monitoreo constante. Esto implica evaluar de forma continua el rendimiento de las soluciones implementadas y realizar ajustes según sea necesario para adaptarse a las nuevas amenazas y regulaciones.
En conclusión, desarrollar una estrategia de ciberseguridad efectiva va mucho más allá de adquirir soluciones genéricas. Las empresas que invierten tiempo en esta fase inicial pueden construir una base sólida para la implementación de soluciones que no solo cumplan con las normativas, sino que también aporten valor y eficiencia a sus operaciones diarias.