Son diversos los retos que las aseguradoras de vida están enfrentando a vistas de los próximos años, a medida que los clientes (con mayor acceso a la información financiera) son más conscientes de las opciones disponibles, las aseguradoras deben transmitir los beneficios de los productos de seguros de vida y cómo estos pueden adaptarse a sus metas financieras a largo plazo.
Asimismo, los consumidores están buscando experiencias más personalizadas y flexibles, por lo que las empresas del sector deben ser capaces de adaptarse a las expectativas cambiantes del cliente y ofrecer productos y servicios que se ajusten a sus necesidades individuales.
Por otra parte, a medida que las poblaciones envejecen, las aseguradoras deben ajustar sus modelos de negocio y productos para abordar los desafíos de la longevidad. Esto implica evaluar y gestionar los riesgos asociados con la expectativa de vida más larga y diseñar productos que se adapten a las necesidades cambiantes de los clientes a lo largo del tiempo.
Durante la presentación del Informe Mundial sobre Seguros de Vida 2023, publicado por el Instituto de Investigación Capgemini, Iván Arroyo, Insurance Account Director (México), compartió sobre estos cambios sin precedentes para las aseguradoras de vida, ya que se enfrentan a una importante salida de activos bajo gestión (AUM por sus siglas en inglés), de cara a la mayor transferencia de riqueza intergeneracional de la historia.
En la actualidad, los asegurados mayores de 65 años poseen 40% de los AUM de las aseguradoras, que para las 40 mayores aseguradoras de vida del mundo ascienden a 7.8 billones de dólares. Según el informe, estos activos se transferirán a los beneficiarios en 2040.
La ONU prevé que 33% de la población mundial tendrá más de 50 años en 2050. Sin embargo, la mayoría de los adultos mayores carecen de un plan financiero para envejecer con calidad. De acuerdo con este informe de Capgemini, 60% de las personas de 65 años o más no ha buscado asesoramiento financiero profesional para preparar su jubilación o transferir su patrimonio.
Así, muchas personas que se acercan a la jubilación se ven obligadas a asumir una mayor responsabilidad financiera para envejecer adecuadamente, ya que los factores económicos adversos, la disminución de las ayudas gubernamentales y el aumento de los costos sanitarios agravan la crisis del costo de la vida.
A pesar de que estas condiciones aumentan la necesidad de los seguros de vida, los consumidores enfrentan barreras cada vez mayores para la adopción de estos productos. Los asegurados señalan la complejidad de las ofertas de seguros de vida y el escaso conocimiento (39%) como los mayores obstáculos, seguidos de la falta de confianza (29%).
Nuevas alianzas, clave para aprovechar las oportunidades con consumidores de mayores ingresos
El mayor reto al que se enfrentan actualmente las aseguradoras de vida es seguir siendo relevantes en medio de la mayor transferencia de riqueza. Para proteger los activos gestionados que están en riesgo, el informe recomienda dar prioridad a los consumidores de alto poder adquisitivo y a la población con un poder adquisitivo considerable, que poseen el 39% de la riqueza mundial y representan alrededor del 20% de la población que envejece.
Este segmento es el que más necesita soluciones para envejecer bien: más del 75% desea productos de vida innovadores. Sin embargo, solo el 27% de las aseguradoras tienen la capacidad de desarrollar productos avanzados para ofrecerles.
Según el informe, más del 44% de los clientes de más de 50 años con alto poder adquisitivo esperan que sus aseguradoras les presten este tipo de servicios, que van desde iniciativas de bienestar hasta asistencia en la vida diaria. Las alianzas en el sector serán fundamentales para que las aseguradoras cierren esta brecha al diseñar un amplio universo de servicios de generen valor.
Transformar el ciclo de vida del cliente para impulsar el crecimiento
A medida que las aseguradoras navegan por el camino que tienen por delante, deben encontrar una vía para proteger los activos e impulsar el crecimiento. El informe destaca un camino que llevará a las aseguradoras del enfoque actual centrado en el producto a un modelo operativo enfocado en el cliente, con soluciones integrales y de mayor valor diseñadas para ayudar a los consumidores a envejecer bien.
Esta transición requiere una evolución de la cadena de valor destinada a mejorar el proceso de captación de clientes e impulsar el compromiso de los asegurados y beneficiarios. Posteriormente, los beneficiarios pueden transformarse en nuevos clientes y las reclamaciones se podrían convertir en oportunidades para generar ingresos.
Para empezar, las aseguradoras pueden consolidar los datos para obtener una visión única del cliente y capacitar digitalmente a los agentes aprovechando la inteligencia artificial, incluida la IA generativa, para ofrecer un asesoramiento hiperpersonalizado.
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Sin embargo, solo el 21% de las aseguradoras dispone de las herramientas necesarias para realizar análisis de datos avanzados, y son menos (19%) las que aprovechan las tecnologías avanzadas para agilizar las operaciones, enriquecer las experiencias, integrarse en ecosistemas emergentes y tomar decisiones más rápidas y basadas en datos.
Las aseguradoras pueden impulsar el compromiso de los beneficiarios y asegurados para profundizar en las relaciones con los clientes, simplificando y personalizando el proceso de incorporación; mejorar la experiencia de las reclamaciones ofreciendo flexibilidad en la reestructuración de las mismas y captar una visión única del cliente modernizando su plataforma tecnológica».
Las aseguradoras que lo consigan podrán reforzar la confianza entre generaciones fomentando el crecimiento futuro y salvaguardar los activos importantes que corren el riesgo de ser transferidos en un futuro próximo, concluye el informe.